Casi rozando la treintena, y teniendo la falsa creencia, durante muchos años, de que no me gustaba conducir, me sume a la legión de conductores de este país, deporte de alto riesgo en España. Ahora después de año y medio, y muchos kilómetros, he descubierto el placer de la carretera. Y no por el hecho en si de manejar el automóvil, sino por lo que supone el momento de soledad, de pensar… y de escuchar música. Aislarte del trajín de todos los días, las llamadas, la oficina. Tiene su método para que funcione como terapia de aislamiento, 1º apagar el móvil, 2º tener bien seleccionada la música para el viaje, fundamental.
El asfalto y los kilómetros actúan como aliados. La vuelta de Galicia hace una semana, fue un ejemplo de todo esto, La Coruña-Sevilla, 1.031,7 Km del tirón. Suena "Insurreción" de Manolo García “…Pequeñas tretas, para continuar, en la brecha...”. Cada kilómetro que vas dejando atrás, te acercan al destino al que no quieres llegar, la tediosa rutina de todos los días. En el horizonte, el proximo viaje.
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1 comentario:
Sin duda debo confesar que jamás pensé que el Oliva llegase a sacarse el carné de conducir. Lo mismo debo decir de su primo el Pirulo.
Una anécdota:
El Rompido, año 95, con una resaca monumental después del disfrute de la feria de dicha plaza. Me despierto en una duna y me veo al primo del Oliva, a la sazón el Pirulo mirando al horizonte, me acerco y le pregunto: "¿qué piensas?", muy serio me contesta: "Este año me saco el carné"...
En realidad hubieron de transcurrir 9 años más, pero bueno ahí está el tío con su carné
Y quién te pregunta cuanto tiempo empleaste para lo que sea...
Manu
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