El otro día ordenando cajas en el trastero encontré una vieja cajita de Farias donde había guardado, Dios sabe hace cuantos años, algunas cartas. La sensación de nostalgia al leer algunas de ellas, me hizo preguntarme cuanto tiempo hacía que no recibía una carta. Como se ha perdido, en unos años, al son de las @rrobas, el enviar cartas a familiares y amigos. Bueno matizo, cartas recibo muchas a diario, pero no me refería a las de los bancos, compañías de seguros y menús de diversa índole, telepizza o el chino del barrio, sino a la carta de toda la vida con su sello de verdad pegado arriba a la derecha, tu nombre escrito a mano, por una letra que te resulta familiar y que te hace ilusión abrir. Ahora lo mas personal que te llega es un parte de boda o un christmas de Navidad. Hemos vivido la transición entre el correo postal y el e-mail.
Correos y Telégrafos Españoles, en otros tiempos, una de las instituciones mas importantes del país, pasa hoy en día una autentica crisis de identidad. Mal que bien se ha ido adaptando a los nuevos tiempos. Ahora, además de seguir atendiendo el cada vez más escaso negocio tradicional, se encarga de todo aquello a lo que no puede llegar lo digital o no está todavía muy extendido: el buro-fax, todo tipo de paquetería, giro... Hace poco sin ir mas lejos, use un servicio que tienen en su página Web, consistente en enviarles digitalmente un documento en cualquier formato (PDF, Word, Excel), ellos la imprimen, la franquean y llega al destinatario como una carta postal con su sello y todo. Por otro lado, pasaron los tiempos del cartero de barrio, aquel que con solo leer tu nombre sabia la dirección sin mirarla, hoy en día son seudo-funcionarios que reparten cartas de bancos.
Sin embargo, nadie puede negar, que el flujo de comunicación entre las personas ha conseguido cotas inimaginables hace unos años. Paralelamente al ocaso del sello, asistimos al nacimiento de una autentica filosofía de la comunicación, una comunicación interactiva, en la que como pasa en los blogs, ha pasado a ser participativa, en la que unos escriben cartas (post) y otros las pueden contestar. Sin mencionar los móviles, sus sms y los e-mails Aunque pararnos en esta nueva filosofía de la comunicación, daría para mucho.
Ahora ya todo es electrónico. El e-mail está arrinconando al que no tiene “e” al principio. Flickr y YouTube ha sustituido las tradicionales postales que llegaban a la semana de regresar de vacaciones. La @ ha fulminado al sello. La juventud de hoy no sabe lo que es guardar una carta de una antigua novia, que de vez en cuando rescatas del cajón y relees con nostalgia. Ahora guardan sms mal escritos en el móvil o e-mails que no borran de su cuenta de correo hotmail. Han perdido y desconocen el poder y el encanto de la comunicación personal.
Claro está, eso tiene una explicación, nosotros hemos sido los primeros en cambiar el bolígrafo y el papel , por el teclado y el monitor, porque… ¿hace cuánto tiempo que no escribes tú una carta de las de antes?
Además, con tanto corrector ortográfico, sms con texto predictivo y más gaitas que supuestamente te hacen la vida más fácil, más de uno lo pasaría mal teniendo que escribir dos párrafos seguidos de su puño y letra.
La única época del año donde el correo electrónico tiene un poco de competencia, es en Navidad. La cercanía y calidez que proporciona mandar o recibir un christmas no lo tiene la tinta electrónica.
Pues eso, mas sellos y menos @rrobas que todo es compatible en esta vida.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo contigo, por eso, de vez en cuando, me permito el lujo del mandar a quien soporta mis ronquidos alguna de esas cartas de antes...
Publicar un comentario