Buscando nuevos formatos para subir la audiencia, en algunos países han adaptado el programa televisivo de Gran Hermano a otras situaciones de la vida real con más emociones. Por ejemplo este programa, donde se siguen las peripecias de una autoescuela mediante cámaras instaladas en el propio vehículo. El profesor sufre en sus carnes la dura tarea de enseñar a sus alumnas novatas. A los gachis no se les entiende nada, pero la carita de los profesores todo un poema.
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